Cambiar la historia de Bernardo Caal, preso de conciencia guatemalteco, es un paso hacia salvar el futuro de nuestro ambiente y quienes lo defienden. Actúa para cambiar su historia. Amnistía Internacional.
Yo no debería estar encarcelado. Pero esta historia no inicia ni termina conmigo.
Nuestras abuelas, abuelos y ancestros han cuidado y conservado la tierra por cientos años.
Por generaciones nos han enseñado a respetar montañas y ríos.
Tenemos un lazo sagrado con la naturaleza y es esto lo que nos mueve a protegerla.
En mi vida he sido maestro, padre y hermano.
También he sido parte de la comunidad del pueblo Q´eqchi´.
Soy un hombre de paz, pero también busco que empresas y gobiernos respeten la tierra y la naturaleza de mi pueblo.
Esto, en Guatemala, me hizo presa fácil de la criminalización.
Cuando la hidroeléctrica se instaló en el sagrado río Cahabón, sin consultarnos, líderes y lideresas comunitarios nos organizamos para pedir la suspensión de las licencias otorgadas por el gobierno.
No tardaron mucho en comenzar a decir que yo era un criminal en medios de comunicación masivos y redes sociales.
Me fabricaron delitos que no cometí.
Hoy soy un prisionero de conciencia.
Tengo la frente en alto, la conciencia tranquila y con mucha dignidad seguiré trabajando por la protección de los ríos y montañas.
Cambiar la historia de Bernardo es un paso hacia salvar el futuro de nuestro ambiente y quienes lo defienden.
#LibertadParaBernardo
Actúa para cambiar su historia.
Amnistía Internacional.